Hoy es 1 de Mayo. Hoy hace 125 años de las Huelgas por la jornada de 8 horas –destacar que hace no tanto y en el parlamento Europeo costó mucho menos ampliar esa jornada- Como decía, hace 125 años de las Huelgas por la jornada de 8 horas en EEUU, más de 5.000 fábricas detenidas y más de 300.000 obreros en las calles. Dentro de tres días se cumplirán 125 años de la masacre de Haymarket (un 4 de Mayo) y dentro de poco 125 años del pseudojuicio a socialistas y anarquistas que llevó a 4 de ellos a la horca. Esta lucha, que duraría décadas, nos permitió acceder a una jornada de 8 horas y, por ende, mucho más racional. Esa lucha que algunos pagaron con su vida justifica, sobradamente, este acto de hoy y los que celebra esta localidad en torno a estas fechas. Esta historia, dicho sea de paso, ha ido cayendo en el olvido y el 1º de Mayo ha pasado, en muchas ocasiones, a ser un día festivo cualquiera, ni rastro de las reivindicaciones, ni rastro de los obreros de Chicago, ni rastro de los obreros en general.
Existen, desde el punto de vista económico, varios problemas que, por supuesto, no son los que nos dicen a diario, sino otros de mucho más calado social y envergadura.
El primero de los problemas que encontramos en la sociedad actual es la forma de afrontar los problemas, de dar prioridad a tal o cual asunto por encima de otros. Susan George en “sus crisis nuestras soluciones” los explica con una metáfora sencilla que yo utilizaré. Existen cuatro esferas o podríamos dividir el mundo actual en cuatro grandes círculos concéntricos. De estas cuatro esferas, la más exterior (la que engloba a todas) sería la de mayor importancia y, por el contrario, aquélla que aparece en el centro tendría menos relevancia. Estas esferas serían las finanzas, el planeta, la economía y la sociedad. En la actualidad, el actual sistema ideado, maquinado durante años e introducido en nuestras cabezas a través de una inversión económica tremenda en mercadotecnia a través de fundaciones, grupos de poder, etc… ha colocado a las finanzas como el círculo que lo engloba todo. Aquél, por tanto, que necesita más atención y que debe condensar todo esfuerzo posible en caso de que se encontrara en problemas. Después se coloca la economía y, el tercer círculo en importancia sería la sociedad. Por último el planeta queda relegado al círculo concéntrico y, por lo tanto o dicho de otra manera, al lugar donde sólo se llega arreglando cuando todo lo demás está perfecto. El primer error, por tanto, es esta distribución totalmente sesgada que se lleva por delante la ecología, los derechos de los trabajadores (incluyendo el de elegir) y da prioridad absoluta a que las finanzas y la economía funcionen. Además que funcionen para los que las controlan, no para servir a la sociedad o al planeta. Parece obvio que el esfuerzo tiene que girar en torno a cambiar ese círculo concéntrico de prioridades. La lógica dice que el Planeta debe ser el círculo exterior, el más importante. No es un brindis al Sol. Poco podremos hacer si no tenemos planeta o si lo convertimos en un elemento hostil a nosotros que impida nuestro desarrollo, nuestra vida. Después iría la sociedad, ese planeta creado por nosotros mismos y que también está siendo atropellado, tiroteado, vilipendiado por los diversos poderes (elegidos o no). Por lo tanto hemos dejado a la economía como tercer círculo, una herramienta que debe servir para mantener vivos y en perfecto estado a la sociedad y al planeta. Como podéis ver no es la finalidad actual de la economía, ni mucho menos. Por último, las finanzas no serán más que otra herramienta al servicio de la economía. No son, las finanzas, ni buenas ni malas en sí mismas, solo un instrumento más de la economía. Son, en definitiva y en un reparto distinto de las prioridades actuales, algo a lo que debemos solucionar los errores o problemas siempre y cuando tengamos las anteriores cuestiones en perfecto estado.
Por otro lado, y de manera más sucinta, tenemos que destacar como durante años se ha dado una capacidad a los mercados para autorregularse. Se ha convencido al personal de que el mercado es un sabio, un juez inapelable que no yerra. En cambio hemos visto como no, el mercado se ha autorregulado, sí, pero hacia la autodestrucción. Ni las agencias de calificación, que acosan día sí día también a los estados soberanos pero que no fueron capaces de ver nada de lo que venía (o no quisieron), ni ningún otro grupo que actúe en nombre del mercado se va a hacer cargo de este error. El error de los mercados o de las finanzas mundiales (que tienen nombres y apellidos) lo estamos pagando todos y todas los trabajadores.
Además tenemos que comentar otros aspectos colaterales. En un primer momento de estallido de la crisis que muchos ya veían hace años, los gobiernos anunciaron medidas, cambios, regulaciones estatales para evitar este daño para siempre. Medidas, al fin y al cabo, de los damnificados para controlar a los provocadores. Todos estos anuncios han quedado en nada, nuestros gobiernos legítimos, fruto de la voluntad popular y de nuestro derecho a elegir a nuestros gobernantes, los dejaron olvidados, quizás en el laberinto del minotauro al cual los cretenses tenían que internar a un hombre cada luna nueva para saciar el hambre de tan legendario ser. Permítanme comentar que no distan tanto los mercados de este minotauro, ya que necesita ser saciada su voracidad, su hambre y su codicia para que no salten sobre nosotros y seamos terriblemente aniquilados. Esto es más aferrado a la realidad de lo que pudiera parecer, ya que las armas de los mercados son muchas y las utilizan a diario para mantener sumiso al poder político. Algunas de ellas son la movilidad, casi plena, de capitales, conseguida durante décadas de trabajo de la maquinaria capitalista. Esta movilidad, vendida como algo maravillosos para todos y todas, sirve ahora como arma para sus promotores. Un botón, entiéndase como un símil, es capaz de trasladar el dinero de un país a otro en un momento, quedando, el país en cuestión, sin inversiones, sin dinero, descapitalizado que se llama. También utilizan las agencias de rating para decir cuánto tienes que pagar por tu deuda, moviendo a voluntad o sin línea clara para el ciudadano, sus calificaciones sobre los estados. Estas agencias que dicen lo solventes que somos ¿quién las eligió? ¿qué ciudadanos y ciudadanas, de qué país, los votaron? Los vamos conociendo cada vez más y ya tienen amigos en varios países europeos (Grecia, Portugal, Irlanda…)
Por último, comentar que existen fórmulas para cambiar este planteamiento. La fórmula intelectual existe, la conocen los miembros de grupos como ATTAC (en la que colaboran gente como Vicenç Navarro o la ya destacada Susan George entre otros y otras muchas) o los partidos, sindicatos y grupos que se están oponiendo radicalmente a las medidas que, desde los gobiernos, se están tomando.
Después hace falta UNIDAD. Lo único que puede frenar este avance contra los derechos de los trabajadores y trabajadoras es su unidad. Esta puede comenzar hoy, es un buen día, un buen momento para retomar la conciencia de clase que el capitalismo ha ido demacrando hasta hacerla, prácticamente, desaparecer. La conciencia social que nos empuje a los brazos de los similares para defendernos de los que nos atacan es la única fórmula posible. Esta unidad se tiene que mostrar en las distintas elecciones, pronto tenemos una cita electoral, pero también en las manifestaciones, en las huelgas, en las protestas, etc… que partidos y sindicatos convocan. Sé que existen muchas excusas, algunas incluso buenas, para dejar de apoyar ciertas acciones frente al recorte de derechos laborales, pero la crítica no puede surgir de la pasividad. La crítica, la voluntad de cambio de nuestras armas (porque ciertos partidos y sindicatos son nuestras armas históricas) no puede frenar la acción y debe servir para exigir a los nuestros mayor unidad, mayor firmeza, pero no para hacer el juego al poder económico. Por lo tanto debemos cambiar el lamento por la protesta, la sumisión por la acción, la desintegración por la unión. Debemos ser uno, los trabajadores y trabajadoras del mundo son solo una CLASE. Sé que el término sonará anticuado y ese es, sin duda, el primer problema. En el mismo instante en que lo actualicemos volveremos a comprender qué hay que hacer o, mejor dicho, qué se puede hacer.
Remarcar solo que la actual crisis no se enmarca, únicamente, en la acción laboral-agresiva de un grupo frente a otro. La actual situación de crisis también se lleva por delante la democracia. Sin ambages. Se lleva la democracia social y la liberal, se lleva nuestro poder de decisión. Como vemos el problema no es solo económico, también lo es político.
VIVA EL 1º DE MAYO.