jueves, 9 de julio de 2009

Retirada de Honores a Fco. Franco en Cuenca.

COMUNICADO DE PRENSA

EL AYUNTAMIENTO DE CUENCA RETIRA LOS HONORES AL DICTADOR FRANCISCO FRANCO

(Cuenca, 6 de julio de 2009).- La Comisión Ejecutiva Provincial de Izquierda Unida, y en su nombre la Coordinadora Provincial, Ana Mª Sánchez, quieren manifestar su satisfacción por la retirada de los honores que el Ayuntamiento de Cuenca concedió al dictador, por aclamación, en el año 1951, así como los concedidos a dos de sus secuaces, Fernández Cuesta y Ruiz Jarabo. En esa fecha se le concedió la Medalla Oro y se le nombraba “hijo adoptivo” de la ciudad.

Esta retirada parte de la solicitud presentada por la Concejal de Izquierda Unida en ese Ayuntamiento, Ana Cruz Muñoz tras acordarlo así la Asamblea Local de Cuenca de IU.

No ha sido fácil la culminación del proceso, pues este tema pasó por un pleno en el que no se reconocía la urgencia de nuestra moción. Posteriormente, y tras pasar por la correspondiente comisión, se votó por unanimidad en el último pleno municipal.

Se añadieron a nuestra moción la solicitud de retirarle también los concedidos en 1941 y 1947.

Afortunadamente, y como forma de recuperar la dignidad de los conquenses, estos tétricos personajes de nuestra historia reciente ya no serán homenajeados por el Ayuntamiento de Cuenca, ni habrá hijos predilectos, ni tampoco el general golpista será por más tiempo “Alcalde Honorario”.

Tan importante como esto, dentro de la moción presentada y aprobada, dijo la representante de esta formación política, era el siguiente punto, en el que se contemplaba que el Ayuntamiento facilite los trabajos y trámites tanto de identificación como de exhumación de los cadáveres de las víctimas asesinadas por defender la legalidad democrática, la II República, tras el golpe de estado fascista, que desencadenó una guerra civil y 40 años de represión.

Entendemos que ésta es la única manera de REPARAR el daño moral, al menos, que sufrieron ellos, y consecuentemente sus familias. Fueron sumidos, además de asesinados, en la más profunda oscuridad: condenados al silencio, al olvido y a la indignidad por parte de los vencedores. Ni tan siquiera se les concedió el ser enterrados con la más básica dignidad, cuando no fueron abandonados sus cadáveres en las cunetas, donde todavía sus familias intentan encontrarlos.

Sin este reconocimiento que el Ayuntamiento de forma unánime ha querido hacer, sería imposible que en esta sociedad se siga avanzando, desde un punto y seguido, por el camino de la democracia hacia una sociedad en la que todos podamos estar representados.